La piel durante el embarazo
Cuáles son las principales molestias y cómo afrontarlas de la mejor manera posible
La piel de la mujer durante el embarazo necesita particular atención y tratamientos hechos especialmente para ella.
El embarazo le confiere a la mujer un encanto particular.
Ya desde el primer trimestre, la gran cantidad de hormonas que circulan por el cuerpo aportan grandes beneficios a la piel que se vuelve tersa y luminosa. Durante el embarazo es fácil observar cómo la piel seca se vuelve más hidratada, la grasa se normaliza y el acné mejora.
Sin embargo, durante este periodo el cuerpo experimenta modificaciones importantes y esto puede generar algunos problemas que es posible prevenir y reducir con el uso de tratamientos estudiados expresamente.
El crecimiento del feto y el aumento de peso comportan para la piel una notable tirantez, acentuada en algunos puntos críticos como el abdomen, el pecho, las caderas y las nalgas. Esta tirantez en ocasiones va acompañada de un molesto prurito en las zonas afectadas.
La piel del cuerpo, durante el embarazo, necesita tratamientos hidratantes, protectores y sobre todo preventivos para evitar la sequedad y la formación de estrías.
En el rostro pueden aparecer manchas marrones conocidas como cloasma gravídico.
Concretamente en el último trimestre se sienten las piernas pesadas con más frecuencia, otra molestia relacionada con el notable aumento de peso que puede ser aliviada gracias a algunas medidas y al uso de un tratamiento cosmético específico.
En el último trimestre, si el deseo es amamantar al hijo, también es recomendable dedicar atenciones específicas a los pezones.
Para saber cómo preparar el pecho a una lactancia sin problemas lee nuestro artículo: La piel de los pechos durante el embarazo
El prurito durante el embarazo
Es una manifestación cutánea bastante común, sobre todo en los últimos meses antes del parto y que tiende a desaparecer inmediatamente después. Las causas son generalmente los cambios fisiológicos a los que se enfrenta el cuerpo de la mujer, es decir, los cambios hormonales y físicos. A menudo, las zonas más afectadas son el abdomen y el pecho puesto que precisamente en estas zonas la piel está constantemente sometida a un “estiramiento” que provoca la sensación de picor.
Para notar alivio frente al prurito se pueden adoptar diferentes medidas:
- utilizar productos limpiadores delicados que no sequen la piel
- masajear delicadamente con un producto de textura aceitosa específico para reducir el prurito
- aplicar diariamente productos hidratantes que, además de aliviar la molestia, ayuden a mantener firme la piel
- llevar prendas de vestir cómodas y que traspiren, intentando evitar tejidos sintéticos y optando por el algodón y el lino.
Las estrías y cómo prevenirlas
El término médico striae distensae (estría de distensión) señala una alteración estética de la piel que se manifiesta en bandas lineales paralelas, de longitud y grosor variable, ligeramente hundidas.
El término común “estría” es sin duda explicativo pues hace pensar en una media que ha perdido su integridad estructural.
De hecho, la estría afecta precisamente a la parte estructural de la piel, la fibrosa y profunda de la dermis (colágeno, elastina). Las estrías son la consecuencia de un daño del tejido conectivo y son como “surcos” paralelos a la altura del abdomen, pubis, caderas, pechos, brazos y piernas.
Las estrías evolucionan con el tiempo cambiando de color: inicialmente aparecen lisas, con un color que va del rojo al violáceo (fase inflamatoria) pasando a ser luego más profundas y de color blanquecino con un tono nacarado (fase cicatricial).
Una vez que las estrías aparecen, se pueden tratar para disminuir la visibilidad de las marcas, pero solo si están en la fase inicial. Por tanto, es importante actuar de manera preventiva para intentar evitar que se formen.
Durante el embarazo, considerando el considerable cambio de peso, el estiramiento del tejido cutáneo es la causa principal de la aparición de las estrías, aunque se ha ratificado que algunas mujeres tienen genéticamente una mayor predisposición que otras a manifestar esta alteración estética.
Por tanto, es recomendable aplicar ya desde el tercer mes un tratamiento preventivo contra las estrías en el abdomen, las caderas y los pechos.
Los tratamientos preventivos más eficaces actúan sinérgicamente sobre dos frentes:
- tonifican y estimulan la estructura de la piel para que sea más elástica: gracias a la acción de los principios activos que estimulan la síntesis de colágeno y elastina, aumentando la producción de ácido hialurónico
- estimulan la microcirculación en las zonas afectadas: gracias a la acción de principios activos que mejoran la circulación cutánea y la resistencia de los capilares, contrarrestando la atrofia de las estructuras de la piel
A menudo están formulados con una textura de aceite o como emulsión rica para quienes prefieren la textura cremosa, pero en ambos casos, adecuados para un masaje prolongado útil para facilitar la absorción de los principios activos, así como para estimular la vitalidad de la piel.
El melasma o cloasma gravídico: qué es y de qué depende
El melasma es una alteración estética de la piel que se manifiesta como un oscurecimiento con manchas o una discromía difundida.
Se trata de una hiperpigmentación cutánea causada por una acumulación de melanina. Cuando se manifiesta en las mujeres embarazadas se denomina cloasma gravídico o más comúnmente “máscara del embarazo”.
Las verdaderas causas siguen siendo desconocidas.
Los melanocitos, las células encargadas de la producción de melanina, como resultado de una alteración de los mecanismos de síntesis, producen una sobreabundancia de pigmento.
Se estima que los estrógenos están implicados en esta estimulación.
De hecho, el melasma puede aparecer en las mujeres que utilizan la píldora anticonceptiva o como consecuencia de una alteración hormonal derivada de un embarazo. Por eso es frecuente entre las mujeres embarazadas.
Las manchas oscuras aparecen sobre todo en la frente, en la zona inferior de los ojos, encima de los labios, en las mejillas y en la barbilla, en forma de “mapa”, y con bordes irregulares.
En caso de cloasma gravídico, las manchas aparecen generalmente entre el cuarto y sexto mes de gestación y generalmente desaparecen después del parto. En ocasiones pueden persistir hasta el sexto mes del bebé y, en otros casos más raros, incluso después.
Para prevenirlas o limitar su aparición es recomendable utilizar un tratamiento de día y/o una base de maquillaje con factor de protección solar. Durante la exposición al sol es importante utilizar una protección solar alta o muy alta para evitar que las manchas puedan oscurecerse aún más. En caso de persistencia del melasma se puede evaluar el uso de productos específicos que pueden ayudar a reducir la alteración estética.
Para profundizar en el tema, lee nuestros artículos:
Manchas cutáneas: qué son, de qué dependen y cómo tratarlas
Manchas cutáneas: cómo tratarlas
Piernas pesadas
A menudo las mujeres se quejan de molestias en las piernas, los tobillos y los pies: una sensación de pesadez, tirantez e hinchazón. Esta sensación, además de estar relacionada con un escaso fortalecimiento de los vasos sanguíneos, es debida a la dificultad del cuerpo de bombear la sangre de abajo hacia arriba, en la fase de “retorno venoso”, con el consiguiente estancamiento de la sangre en las extremidades inferiores.
Esta molestia puede empeorar con hábitos y situaciones como la ingesta de hormonas (anticonceptivos y terapia sustitutiva), ropa muy apretada, tabaco, alcohol y alimentación poco equilibrada y a menudo se presenta durante el embarazo.
De hecho, durante la gestación se presentan dos condiciones particulares relacionadas con la circulación de la sangre. Por una parte, la compresión ejercida por el niño, que va creciendo, sobre las venas de la pelvis y por otra el aumento del volumen de sangre (aproximadamente +20%) con la consiguiente disminución del flujo circulatorio de retorno en las extremidades inferiores.
Aunque normalmente esta sensación aparece en las últimas horas del día o en los días más calurosos, puede afectar de manera considerable la vida diaria y puede indicar una predisposición a problemas más graves del sistema circulatorio.
La sensación de “piernas pesadas” puede aliviarse considerablemente tomando algunas medidas:
- hábitos alimentarios sanos (mucha agua, poca sal)
- ejercicio físico moderado
- uso de calzado de tacón medio
- prendas de vestir cómodas
- duchas templadas con chorros fríos alternos
- dormir con las piernas en alto
- masajes con cosméticos específicos.
El masaje, probablemente el tipo de terapia más antiguo, puede ser de gran ayuda para aliviar la hinchazón y la pesadez de las piernas, sobre todo cuando se combina con un producto cosmético específico, formulado con sustancias que favorecen la eliminación del exceso de líquido fisiológico mediante una actividad que proteja y tonifique los capilares.
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